El día que Aída y su hermano se decidieron a vender la casa familiar en la que crecieron, su corazón se apretó. Hacía ya mucho que solo iban de visita, pero el trance fue muy difícil, sobre todo porque el comprador era una desarrolladora inmobiliaria que la derrumbaría para construir un conjunto de departamentos en los 600 m2 de recuerdos de su infancia.
Pasado el momento emotivo, los hermanos llegaron a un nuevo dilema: ¿debían dejar que las puertas de madera labrada, los finos y modernos accesorios de baño, la herrería antigua de las ventanas y las lámparas de última tendencia cayeran entre los escombros, o llevárselos para venderlos o reutilizarlos en su nueva casa?
Las cuentas claras
Cuando vendes una casa lo correcto es entregarla justo como el comprador la vio y decidió adquirirla. Si te interesa conservar algunas partes con valor sentimental o económico, retíralas antes de mostrarla en venta, o bien advierte a los interesados que no están incluidos antes de cerrar el trato.
“Cualquier cambio o modificación que quieras hacer, en la que aún es tu propiedad, debe quedar claro con el comprador, para evitar problemas posteriores. Además, no sabes si el nuevo inquilino esté considerando estos bienes como parte importante del valor de la propiedad, así que lo más sano es aclararlo en las condiciones de venta”, explica Verónica Chapa, especialista en diseño de interiores.
Podrías pensar que el caso de Aída es especial porque sabe que la casa será demolida. Sin embargo, antes de hacer la venta debe platicar este tema con los desarrolladores. Quizá ellos consideraron reconstruir esas partes y comercializarlas por sí mismos, o donarlas a sus empleados.
“En la Ciudad de México las demoliciones no son como en las películas, en las que dinamitan y la construcción desaparece entre una nube de polvo inmensa. En la mayoría de los casos la demolición se hace de forma manual y esto permite recuperar mucho material”, señala Verónica, así que es común que los trabajadores las recuperen y las vendan. Si se las dejas, lo estarías donando a personas que sí le darán buen uso.
Arrastra el lápiz antes de decidir
Pensemos que lo decidiste a tiempo y te llevarás parte de los acabados. En tu decisión debiste tomar en cuenta el costo de retirar esas cosas , mudarlas y reinstalarlas si es que las reutilizarás; si las venderás, debes saber cuánto podrás obtener por ellas para que definas si realmente te conviene o no llevártelas.
“En una casa hay muchas cosas rescatables pero siempre es importante evaluar el costo beneficio. Desmontar cualquier mueble o accesorio te implicaran gastos extras de ajustes, compra de aditamentos para que los puedas reutilizar, retoques, transporte o mudanza y reinstalación”, explica Verónica Chapa.
Si la inversión lo amerita y lo puedes reutilizar, es una buena opción. También hay empresas especializadas conocidas como de rescate de demolición y ellos se encargan de desmontar y comprar todos los muebles de carpintería fija, empotrados y muebles de cocinas y baños, toda la herrería, ventanas, barandales, lámparas y apagadores, “el pago no es sustancioso, pero puedes recuperar parte de tu dinero”, agrega Chapa.
En resumen, dice la interiorista “si está pegado, se queda; si tiene tornillos, te lo puedes llevar”.
Calcula bien tus tiempos para retirar los objetos pactados y para buscar el lugar en el que vivirás, en caso de que planees comprarlo luego de la venta, señala el abogado Francisco Bermúdez.
“Es cierto que las búsquedas apresuradas no son buenas, pero toma en cuenta que no puedes pedir demasiado tiempo para entregar, porque en cuanto el comprador paga, tiene todos los derechos de reclamar su propiedad. Además, el pago de servicios será tu responsabilidad hasta el día que entregues”, agrega el especialista.
Pacta en el contrato un tiempo que les ajuste a ambos y apúrate a finiquitar el tema.
Fuente: http://www.metroscubicos.com/articulo/consejos/2017/02/27/que-debes-dejar-o-llevarte-cuando-vendes-tu-casa